Sexo y un plato humeante. Una detrás de otra. Simplemente perfectas.
Me encanta tu espalda, me vuelve loca cuando te levantas a ponerte una
camiseta. Tu cuerpo se perfila por la luz de la luna que apenas alcanza a
iluminar ese pequeño trecho de la habitación donde está el armario, donde
tantas veces te he visto sonreír medio desnudo. Esta habitación se lleva una
gran parte de mi vida.
No por duración, más bien por intensidad. Joder, qué
intenso, qué reiterada mi frase. Entiende que no surge ninguna otra cosa en mi
mente mas que esa frase tan singular. Esa palabra recoge todas mis malditas
emociones, mis gritos y mis orgasmos. Como si fuera virgen de nuevo, como si el
mundo se descubriera de par en par. Como si mi mente y mi cuerpo confluyeran en
un limbo neutral, como una bestia que despierta tras un infinito letargo. Como si
acabara de revivir de un sueño tan largo que apenas recordara la última vez que
te sentí. Y me lo recuerdas, y no sé cómo lo haces pero eres capaz de hacer que
lo olvide con tal de volver a sentir que lo recuerdo.
Hay veces en las que quiero mirarte cuando me resulta
imposible. Me gustaría verte todo el tiempo y a la vez tener esa sensación de que
este se detiene en esa noche gélida, que nos quedaremos en una vivencia eterna,
en aquel estado que ninguna droga podrá alcanzar en su mejor momento, que sólo
tú podrás darme. Que me dirás mil veces lo que sientes mientras nos sumimos en
el abismo que conforma la alienación de un mundo que se derrumba a nuestros
pies. Que se joda el mundo, yo tengo la libertad. Yo tengo esa pequeña fracción
del ser humano que le atonta, le desconcentra y le hace más humano. Que lo
diferencia del resto de los hombres que jamás reirán o llorarán si no se lo
dice su dios, de aquellos que confían su vida a la dependencia del resto, la
sociología primitiva. Que buscan motivos tan absurdos a la existencia que se
establecen sus propias limitaciones porque sí, porque de otro modo no
estaríamos en esta porción de tierra. Ahora tan sólo contemplo mi plato
humeante mientras la noche siembra la paz en la oscuridad.
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