-

Esperar en un mundo que no trasciende de una puerta de mierda

miércoles, 8 de abril de 2020

Isolation

Durante todos estos días de obligada soledad, siento mucha nostalgia.

Sin previo aviso, mi cerebro reproduce cientos de escenas en mi mente, y dejo todo para verlas con ojos nuevos, como una mera espectadora imparcial.

Después, siento una terrible ola de angustia inundar mi pecho, presionándolo hasta dejarme sin una gota de oxígeno.

…………………

Inspira por la nariz, exhala toda preocupación echando el aire por la boca.

Aaahhhh…

Olvida tus preocupaciones, suelta todo pensamiento negativo.

…………………..

Echo mucho de menos poder salir de casa, tener la posibilidad de decidir qué hacer con mi libertad de movimiento.

Echo de menos sentir que alguien más toca mi cuerpo. Un beso, un abrazo con sentimiento, una mirada cargada de emociones que no sea a través de una pantalla.

Echo mucho de menos mi antigua vida.

Escribir es como un músculo más, se notaba cuando cada día tenía material suficiente para crear una novela y no me estancaba borrando cien veces un párrafo insulso.

Siento que soy la misma, con el mismo fuego y la misma personalidad temperamental, pero muy triste, apagada por los años, por la vida, por el yugo de la sociedad.

…………………

Daría miles de euros por poder quedar con mis amigas en un parque en Madrid.

Tiradas en el césped, con cervezas o Coca Cola, haciéndonos trenzas y poniendo música para todos los públicos. A veces pop, a veces rock, a veces heavy que solo nos gusta a Zaida y a mí. Pásame las chuches, me encanta cómo tienes el pelo hoy, qué piel tan bonita, quién es esa de la que habláis, ahora qué vamos a hacer. Un intercambio constante de pensamientos fugaces, que circulan libres gracias a la confianza forjada en el instituto.

Daría miles de euros por poder sentarme en una cafetería y compartir un café durante horas con discusiones, verborrea y opiniones divergentes.

Mi reino por poder ponerme las botas e ir a andar al monte. Sentir el sudor escurriéndose por mi nariz hasta llegar al suelo, que dejo atrás, un paso tras otro, con esfuerzo. Sentir el aire puro atravesar mis pulmones, darme la vuelta y contemplar todo lo que hemos recorrido.

Mi reino por no sentir miedo cuando tenga a alguien a menos de dos metros de distancia.

Ignoro qué nos hará este virus a largo plazo, pero mucho me temo que cambiarán demasiadas cosas que amaba.

Ojalá te hubiera aprovechado más, libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario